Imagina que tienes en tu casa una cocina mágica.
Ella te proporciona la cantidad que desees de cualquier comida del mundo.
Nunca te preocupas de lo que vas a comer, ya que puedes servir en la mesa cualquier cosa. Y como eres generoso, les ofreces a todos comida sin esperar nada a cambio. Alimentas a quienquiera que venga a verte por el mero placer de compartir lo que tienes, y tu casa siempre está llena de gente que se acerca para degustar la comida de tu cocina mágica.
Entonces, un día alguien llama a tu puerta, abres y te encuentras a una persona con una pizza en las manos, te mira y te dice:
-«Oye, ¿ves esta pizza? Te la doy si me permites controlar tu vida, sólo tienes que hacer lo que yo quiera». ¿Te imaginas tu reacción?
Ahora imagínate exactamente lo contrario.
Llevas varias semanas sin probar bocado. Estás muerto de hambre y no tienes dinero para comprar comida. Entonces llega esa persona con la pizza y te dice:
-«Oye, aquí hay comida. Te la puedes comer si haces sencillamente lo que yo quiero». Hueles el aroma que desprende y estás hambriento… ¿Te imaginas tu reacción?
Ahora imagínate que, en lugar de comida, hablamos de amor.
El amor que hay en tu corazón es abundante.
Tienes amor no sólo para ti, sino para el mundo entero. Amas tanto que no necesitas el amor de nadie. Repartes el amor sin condiciones…. Eres millonario en amor; y si alguien llamara a tu puerta para decirte:
-«Oye, aquí tengo amor para ti, te lo daré si haces lo que yo quiera»
¿Cuál será tu reacción?
Puedes seguir imaginando… Qué ocurrirá si estás hambrientode amor, si no tienes ese amor en tu corazón y alguien viene y te dice: «¿Quieres un poco de amor? Te lo ofrezco a cambio de que hagas lo que yo te pida».
...O puedes se seguir leyendo el Capitulo VI del libro del que está sacado: \»La maestía del Amor –Una guía práctica para el arte de las relaciones-\» de Miguel Ruiz.