(ENTREVISTA EN ONDA CERO 27/04/2020)
Santiago Martínez suma tres décadas a cargo del Centro de Orientación Familiar (COF) de Málaga y estas semanas escribe (de forma anónima) cartas a pacientes ingresados en centros hospitalarios de Málaga
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Málaga 12 de abril 2.020
Estimado amigo invisible;
Cada vez que he tenido que ser internado en un hospital, eran días llenos de angustia y el corazón se me llenaba incertidumbre. Y lo que más deseaba era tener a mi lado a un familiar que me trasmitiera seguridad. Este no es tu caso; por lo que la angustia es fácil que esté presente en este momento de tu vida.
Quiero compartir tu angustia con esta carta para que te des cuenta que no estás solo. Y que hay personas que te acompañan en tu soledad, aunque sea de una manera virtual.
Cuando entraba en el hospital tenía la sensación de estar atrapado debajo de una cascada y que era incapaz de escapar del agua que caía bajo mi cabeza, Cuanto más me concentraba en mí, peor me sentía, y la tensión aumentaba. pues pensaba: \»¿cuando me curare?\» lo que hacía sentirme cada vez peor.
Al cabo del tiempo descubrí que la solución la tenía dentro de mí. Era simplemente dar un paso hacia atrás y dejar que el agua siguiera cayendo, y así poder ver la belleza de la cortina de agua y el color del arco iris sobre la misma, y mis sensaciones empezaron a cambiar
Todo dependía del lugar en donde me encontraba. Había cambiado mi actitud.
Una actitud positiva te anima a actuar, y a enfrentarte a los problemas de manera efectiva. En cambio, una actitud negativa te hace ser más pasivo y provoca que pierdas más tiempo pensando en la desgracia, quejándote, retroalimentando tu malestar.
Está claro que en la vida siempre van a darse sucesos desagradables y dificultades, es algo que no podemos evitar por completo. Pero con una buena actitud los contemplaremos desde un punto de vista más favorable para nosotros y además haremos probablemente que ocurran más cosas positivas.
El primer paso para construir una actitud positiva es reconoce que la vida puede ser complicada, que a veces todo sale bien y en otros momentos, todo es un desastre. Hay cosas que no podemos controlar, pero intentaremos en la medida de lo posible manejar aquello que está a nuestro alcance: nuestra actitud. Reconoce tu propio valor: aprender a ver tu fuerza y tus cualidades positivas.
Solamente en la soledad es cuando tenemos tiempo para observación detenida y poder reflexionar qué podemos hacer con nuestra vida.
Y si eres cristiano, no te olvide que Dios está a nuestro lado para darnos las fuerzas para superar las dificultades de la vida cotidiana.