Mihaly Csikszentmihalyi en su libro FLUIR (FLOW) Trata sobre \»la psicología de la felicidad\». Le dedica un capítulo a reflexionar sobre la familia.
He aquí algunas ideas entresacadas de dicho libro.
Si una persona no está dispuesta a ajustar sus metas personales cuando empieza una relación, entonces muchas de las cosas que consecutivamente van a suceder en esta relación producirán desorden en la conciencia de la persona, porque los nuevos modelos de interacción entrarán en conflicto con las viejas expectativas…
…Hasta hace unas décadas, las familias tendían a permanecer juntas porque los padres y los hijos se forzaban a continuar la relación por razones extrínsecas.
Los \»valores familiares\» que los mayores tanto se esforzaban en inculcar a los jóvenes eran un reflejo de esta simple necesidad, aun cuando se disfrazaban de consideraciones religiosas y morales.
Demasiado frecuentemente, sin embargo, las reglas morales eran una imposición de fuera, una limitación externa bajo la cual maridos, esposas y niños estaban presos.
En tales casos la familia puede haber permanecido intacta físicamente, pero internamente estaba dividida por los conflictos y el odio. El actual \»desmoronamiento\» de la familia es el resultado de la lenta desaparición de las razones externas para permanecer casado.
El aumento de la cifra de divorcios probablemente se vea más afectado por cambios en el mercado de trabajo, donde han aumentado las oportunidades de empleo para las mujeres, y por la difusión de los electrodomésticos (razones extrínsecas.) que por una disminución del amor o de la fibra moral (razones intrínsecas.).
Pero las razones extrínsecas no son las únicas para seguir casados y para la convivencia en las familias. Hay grandes oportunidades para la alegría y para el crecimiento que sólo pueden experimentarse en la vida familiar, y estas gratificaciones intrínsecas no son menos presentes hoy que en el pasado, de hecho, probablemente son mucho más fáciles de conseguir hoy que en cualquier otra época previa.
Si la tendencia de las familias tradicionales a mantenerse juntos principalmente por conveniencia está disminuyendo, el número de familias que sigan juntas porque sus miembros disfrutan estando juntos puede aumentar.
Ha habido interminables discusiones sobre si el ser humano es naturalmente promiscuo, polígamo o monógamo; y sobre si, en términos de evolución, la monogamia cultural es la forma más elevada de organización familiar. Para contestar a estas preguntas es importante darse cuenta de que sólo se ocupan de las condiciones extrínsecas que conforman las relaciones de pareja.
Pero el terna que debemos afrontar como individuos no es si los humanos son monógamos o no \»por naturaleza\», sino preguntarnos si deseamos ser monógamos o no. Y al contestar esta pregunta, necesitaremos sopesar todas las consecuencias de nuestra elección.
Aún en la sociedad reinante, creo que se puede conseguir una familia feliz .
El secreto está en que cada cual se reconozca persona y sea consecuente con ello.
Habrá que esforzarse en respertar el «yo y sus circunstancias» propio de los demás.
Dignidad para todos, algo que hay que ir ganando a pulso y día a día