Recomendaciones para amargarse la vida

(Extraídas del libro “El arte de amargarse la vida” de Paul Watzlawick)

1. Ten la convicción de que hay una sola opinión correcta: “la tuya”. Muy pronto  comprobarás que el mundo va de mal en peor.
2. Si de verdad aspiras a la vida amarga, procura  mirar tu  juventud como edad de oro perdida para siempre.
3. Lo que nos hayan podido causar Dios, el mundo, el destino, la naturaleza, los cromosomas y las hormonas, la sociedad, los padres, los parientes y, sobre todo, los amigos, es tan grave que se consideraría una ofensa, el  intentar poner algún remedio a la situación.
4. Si el destino nos da gratuitamente lo que deseamos, el experto en el arte de amargarse la vida no se desalienta ni mucho menos. Su lema será: «ahora ya es demasiado tarde, ahora ya no lo quiero»
5. Busque lo perdido donde más cómodo le sea.  Como la historia del borracho:  Un borracho está buscando con afán bajo un farol. Se acerca un policía y le pregunta qué ha perdido. El hombre responde: «Mi llave.» Ahora son dos los que buscan. Al fin, el policía pregunta al hombre si está seguro de haber perdido la llave precisamente aquí. Éste responde: «No, aquí no, sino allí detrás, pero allí está demasiado oscuro.»
6. Convéncete de que el otro no te va a prestar, si se lo pidieses, eso que él tiene y a ti te hece falta. Cuando te encuentres cara a cara, dile todo \»lo que le tienes que decir\».
7. Émile Goué (1857—1926). Es el fundador de una escuela de autosugestión (lamentablemente dedicada a lo positivo) que consiste en que uno se meta en la cabeza que se siente mejor y siempre mejor. Pero con algún talento se puede invertir a Goué y poner su técnica al servicio de la desdicha.
8. Otras dos leyes sencillas:
   1. Primera: no hay más que una sola, posible, permitida, razonable y lógica solución del problema,  (si no se soluciona, es que no te has esforzado bastante por conseguirla).
   2. Segunda: el supuesto de que sólo hay una solución no puede ponerse nunca en duda.
9. Compruebe cómo se pone en la fila de los lentos (En el supermercado, en las caravanas de la autovía, …)
10. Observe  cómo los dolores y molestias  le van apareciendo por doquier.
11. Investigue usted con atención la puerta de su casa, al coche,… hasta que descubra un rasguño en el que antes no se había fijado nunca. Pregúntese qué puede significar: ¿será de algún ladrón?, ¿la señal de un intento de entrar en su casa?, ¿el deseo de tomarla con usted deteriorando su propiedad?, ¿una marca secreta a fin de identificarlo?
12. Tan pronto como usted esté suficientemente convencido de que se trama algo nefasto contra usted, consúltelo con amigos y conocidos. No hay método mejor para discernir a los amigos auténticos de los lobos con piel de oveja. Los malos intentan persuadirte de que tus sospechas no tienen pies ni cabeza.
13. Piensa en todos los posibles peligros que hay en tu vida diaria. Míralos como una realidad inminente. Evítalos.
14. En vez de emprender una política trivial de «pasos cortos» e imponerse unos objetivos modestos y razonables, se aconseja fijar el objetivo muy alto, que cause admiración.
15. Date prisa en conseguir  lo que deseas: cuando lo tengas, te vas a desilusionar y vas empezar  otra nueva carrera.
16. Un truco: consiste en hacer reproches al otro con tanta violencia como ambigüedad. Si éste pretende no saber qué quiere usted decir, entonces puede usted cerrar el caso herméticamente de esta forma: «Si no fueses como eres, no tendrías necesidad de preguntarme. El hecho de que ni siquiera sepas de qué te hablo, muestra a las claras qué mentalidad tienes.»
17. Un factor eficaz de interferencia en las relaciones consiste en dar al otro sólo dos posibilidades de elección, y, tan pronto como se ha decidido por una, culparle de no haber escogido la otra
18. No te alegres  de beber un vaso de agua fresca, cuando al mismo tiempo, por ejemplo, en Beirut occidental, medio millón de inocentes de la población civil se mueren de sed.
19. Cuando estés triste piensa que no tienes motivo ni razón para estar triste. Resultado: además de triste, te sentirás culpable. La depresión se hará más profunda y durará más tiempo.
20. Oblígate a ser espontáneo. El fracaso lo tienes garantizado: nadie puede ser espontáneo por obligación.
21. Haz tuya la frase de Groucho Marx: Ni por asomo se me ocurriría hacerme socio de un club que estuviese dispuesto a aceptarme como socio. (Aplíquese este lema a las amistades, al noviazgo…)
22. No acepte simplemente agradecido lo que la vida le ofrece por medio de su compañero, amigo… Pregúntese por qué lo hace.
23. Cuando haga una cosa buena pregúntese: ¿lo hice como si fuera un ingreso en mi cuenta corriente celestial?, ¿para impresionar?, ¿para causar admiración?, ¿para obligar al otro a estarme agradecido? o, simplemente, ¿para acallar mis remordimientos de conciencia? (Responda afirmativamente a algunas de ellas)
24. Cuando luches  piensa que si pierdes, alguien está ganando a costa tuya.
25. La vida es un juego cuya primera regla es: “esto no es ningún juego, esto es muy serio…”