Estudio sobre adolescencia en el COF

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  1. Introducción

Desde el Centro de Orientación Familiar de Málaga abordamos la atención a los adolescentes y sus familias desde el inicio de nuestra actividad, hace más de 20 años.

La mayoría de los casos recibidos sobre adolescencia para tratamiento nos vienen directamente por los padres, o bien derivados por los juzgados, asociaciones u otras instituciones.

Hemos comprobado que la demanda de tratamiento es cada vez más elevada y que las edades cada vez más tempranas.

También apoyamos a los Juzgados de la ciudad, ante la imposibilidad de afrontar la resolución de los conflictos que emanan de esta población desde la judicialización, considerando, todos los implicados en esta materia, que son necesarias vías alternativas y/o complementarias a la judicial.

La adolescencia temprana, es un período en el cual los conflictos entre padres e hijos aumentan. No obstante, dichos conflictos suelen relacionarse con aspectos de la vida cotidiana con la imagen personal o la indumentaria (formas de vestir, maquillaje, peinados, etc.), la hora de vuelta a casa, la hora de dormir, los deberes escolares, la participación en las tareas domésticas, la elección de amistades, higiene y orden en sus cosas.

Estos conflictos no suelen ser prolongados, ni intensos, ni graves, en la mayoría de las familias.

Diferentes estudios nos muestran que a medida que transcurren los años disminuye ligeramente la frecuencia de los episodios conflictivos, especialmente en el caso de las chicas. (Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. 2014).

No obstante los temas que provocan  discusiones y conflictos mayores están relacionados con temas académicos, las horas de salida y regreso a casa y las relaciones con los amigos.

Un conflicto puede surgir cuando algún miembro del sistema percibe que sus ideas, sus deseos, sus necesidades, etc., no están siendo respetadas por otro y otros componentes del grupo. También puede ocurrir que los miembros del grupo coincidían en todo lo anterior pero no en la forma de alcanzar y satisfacer dichas necesidades y deseos.

En los casos más extremos, puede suceder que las ideas, deseos, etc., no sean expresados de forma abierta porque la comunicación en la familia sea inadecuada. En cualquiera de estos casos, el conflicto que ha surgido puede suponer una oportunidad para seguir creciendo pero también puede convertirse, en el peor de los casos, en el inicio de un estancamiento de las relaciones familiares.

En general, los conflictos pueden servir para mejorar y fortalecer las relaciones familiares, ya que nos permiten conocer mejor a nuestros padres y hermanos, las ideas, los deseos y necesidades de cada persona que forma parte del grupo, además, nos ayudan a desarrollar cambios en la vía cotidiana que pueden ser beneficiosos para toda la familia.

Lo más importante no es el conflicto en sí mismo, sino la forma en que lo resolvamos.

Cuando los conflictos no son resueltos de forma adecuada y satisfactoria para todos, siempre hay alguien que puede percibir que sus ideas, sus deseos, sus necesidades, no están siendo tenido en cuenta, en esos casos, es probable que surjan la hostilidad, el aislamiento, los problemas emocionales y las dificultades para establecer un puente abierto de comunicación entre las personas.

Una de las metas educativas que madres y padres deben perseguir es favorecer que los conflictos familiares se solucionen de forma adecuada.

Los conflictos que se generan en el seno de la familia son de naturaleza cada vez más compleja y difícil de resolver, los adolescentes presentan nuevas conductas y generan nuevas situaciones que se enfrentan mucho con el sistema tradicional y muchas veces se necesitan medidas alternativas y complementarias a lo que supone la resolución de conflictos dentro de la familia.

Los conflictos intergeneracionales afectan no sólo a padres y madres sino también a educadores, por lo que se demandan recursos preventivos adecuados para evitar sus consecuencias negativas que su no resolución puede tener para el desarrollo psicosocial de los niños y de las niñas, y a su vez, ofrecer a los padres instrumentos necesarios para afrontarlos.

Las diferentes configuraciones familiares y la diversidad de situaciones en los que se ven inmersos tanto la familia tradicional y los nuevos modelos, precisan de nuevas formas de resolución de conflictos diferentes a la vía judicial.

La compleja realidad actual, tras la aparición de nuevas formas de convivencia, tales como, uniones de hecho, familias monoparentales, familias compuestas por miembros que provienen de rupturas previas, familias reconstituidas con hijos por una o ambas partes, hijos adoptados, etc. Los conflictos que surgen en su seno, son de naturaleza más compleja y su solución más difícil.

Uno de los indicadores que más sobresale ante la queja de los padres es la bajada del rendimiento escolar: suspensos, ausencias injustificadas, negativa a levantarse para ir al instituto, para hacer las tareas y estudio, ausencia de motivación, apatía, etc., cuestiones que dificultan la comunicación y provocan, incluso, respuestas y gestos violentos y desproporcionados, donde el adolescente intenta legitimarse por medio de la violencia.

Encontramos adolescentes con alteraciones en su proceso de desarrollo afectivo, cognitivo y psicosocial.

Podemos describir la problemática de los adolescentes que puede afectar a su desarrollo psicológico sano: pobre desarrollo intelectual, fracaso en los rendimientos escolares, participación en actividades violentas (como víctimas o agresores), comportamientos antisociales o delictivos, desajustes emocionales por crisis vitales: ansiedad, depresión, alteraciones en la atención, consumo de drogas, embarazos no deseados, prácticas sexuales de riesgo, alteraciones en la alimentación, intentos de suicidio, etc.

El abordaje del análisis no se podría hacer sin tener en cuenta varios niveles: (Bronfenbrenner. 1979)

  1. El estudio de las características personales
  2. El contexto social inmediato, en especial el familiar
  3. El contexto ecológico global o comunitario en el que viven sus existencias cotidianas.
  4. Los patrones sociales y culturales vigentes en función de los cuales los sujetos concretan los procesos de socialización primaria y secundaria

Los comportamientos concretos que pone en práctica se vinculan básicamente a tres factores:

  1. Antecedentes (historia personal y familiar, situaciones de conflicto resueltas o no de determinada manera, programa neurobiológico, adquisición de determinados mecanismos de defensa frente a situaciones desestabilizadoras de su identidad personal)
  2. Precipitantes: (percepción subjetiva del impacto de las experiencias del ciclo vital personal, estrategias de afrontamiento que utiliza, grado de capacidad y flexibilidad cognitiva para la posible resolución de problemas)
  3. Concomitantes (presencia de redes de apoyo social, nivel de madurez neurológica, afectiva y social y capacidad para diferenciar lo real de lo imaginario y para procesar la información de manera coherente.

El bienestar psicológico (salud mental) puede definirse en términos de 6 dimensiones:

  • Actitud positiva hacia la vida personal presente y pasada (autoaceptación)
  • Capacidad para manejar con eficacia los vínculos psicosociales (dominio)
  • Presencia de relaciones afectivas significativas (afectos positivos)
  • Creencias acerca del sentido de la vida (proyecto de vida)
  • Sentimientos positivos hacia el crecimiento y la madurez (desarrollo personal)
  • Sentido de autodeterminación (autonomía).

Estas dimensiones, cuando hablamos de adolescentes, están aún en proceso de estructuración.

A continuación haremos un análisis de los casos de adolescentes atendidos en el COF, al objeto de tener una perspectiva amplia de qué es lo que estamos trabajando y poder afrontar los nuevos retos a niveles de cualificación profesional y formación, para optimizar nuestra atención a este colectivo y conocer con mayor profundidad las necesidades, potencialidades y carencias que presenta, así como mejorar nuestra intervención hacia ellos y sus familias, en un intento de dar las respuestas más adecuadas.

 

  1. Metodología

Estudio de casos de adolescentes atendidos en el Centro de Orientación de Málaga durante los años 2016 y 2017.

Muestra de 100 adolescentes. 49 hombres y 51 mujeres. La edad mínima es de 11 años y la máxima de 19. La edad media de la muestra era de 15,47 años.

  1. Resultados

Los resultados han sido analizados mediante el sistema estadístico SSPS 24 de IBM

En cuanto a actividad: el 88% estudia y un 2% trabaja, un 10 %  ni estudian ni trabajan (7 hombres, 3 mujeres)

La situación laboral de los padres, trabajan el 57%, desempleados el 11% y jubilados  un 2%. Datos perdidos por el sistema por carecer de datos un 30%.

La situación laboral en cuanto a las madres el 41% trabaja, 32% desempleada y un 2% jubilada. Datos perdidos por el sistema por carecer de datos 25%.

El 40% de los progenitores se encuentran separados/divorciados, casados el 51% y otro tipo de relación 1%.

La media de estancia en tratamiento en el COF es de 3,18 meses, siendo la estancia  mínima de tratamiento de 1 mes y la máxima en 12 meses. No existiendo diferencias significativas en la duración entre sexos.

En cuanto a los motivos de las consulta en las terapias:

  • El mayor porcentaje 64% era por problemática familiar
  • Seguido por el 62% por problemas escolares
  • Destacando también, el 23% por problemas de relaciones con los amigos
  • Y un 22%, por sintomatología ansioso-depresiva.
  • Los comportamientos violentos un 18 %
  • El consumo de drogas también supone el 18%.
  • Los hombres son los que repuntan en conducta violenta, consumo de drogas y problemas de relaciones con los otros
  • Las mujeres puntúan más alto en los problemas familiares y en depresión-ansiedad.

 

  1. Datos Estadísticos. Tablas

 (Se pueden ver en el documento en PDF)

  1. Conclusiones

A la vista de los resultados arrojados por el estudio podríamos plantearnos diferentes vías de actuación para mejorar la atención hacia los adolescentes y sus familias.

Desde la intervención familiar, con actividades dirigidas a grupos de padres, donde puedan encontrar la información y formación adecuada para la resolución de conflictos mejorando las relaciones con sus hijos y a la vez el clima familiar y de este modo, posibilite quizás por generalización la mejora de otros problemas.

Nos referimos a talleres-charlas donde los padres sean dotados de herramientas para la mejora de los canales y forma de comunicación con los adolescentes.

Así mismo, pautas psicoeducativas para la mejor comprensión de las fases del ciclo vital por la cual están atravesando sus hijos. Dar un espacio a los padres para que puedan aprender temas relacionados con la solución de conflictos intrafamiliares.

El abordaje de las dificultades académicas. La solución se integraría desde el COF, pero  actuando en otros aspectos, como la motivación, toma de decisiones y entrenamiento en solución de problemas, de igual modo se introducirían aspectos relacionados con la gestión de emociones, en estas edades es de suma importancia que aprendan a resolver y controlar emociones como  la ira o la tristeza, tan sumamente relacionadas con factores de ansiedad y depresión.

De la misma manera, se trabajaría la autoestima,  el concepto que de sí mismos tienen y cómo creen que los demás les ven.  Igualmente promoción de actividades saludables que favorezcan la  salud integral del menor.

Como ya hemos indicado en la introducción  el proyecto de vida de estos adolescentes va a tener un papel primordial a la hora de trabajar las fortalezas cognitivas y emocionales en adolescentes frente a tentativas de suicidio.

Así como el desarrollo personal para la búsqueda de un bienestar psicológico muy ligado a la salud mental. Pudiendo incidir todo esto indirectamente en la motivación de los adolescentes por encontrar  metas más  idóneas para su vida.

En cuanto al consumo de drogas y la sintomatología ansioso-depresiva, indicadores muy ligados a los descritos previamente, la continuación por los psicólogos del COF, la especialización en temas específicos, como drogodependencias, la propuesta de sesiones de análisis de casos y derivaciones oportunas a las instituciones especializadas, que redundarían en la mejora de la calidad de la atención a los adolescentes.

Sirva este estudio para conocer el perfil de los adolescentes que atendemos en el COF y analizar las necesidades de mejora y/o consolidación del trabajo que estamos realizando, a todos los niveles, tanto de intervención con ellos y la familia, así como la recogida de datos para en el futuro contar con la adecuada información para poder evaluar las intervenciones que realizamos con este colectivo tan sensible a los cambios y que durante un tiempo está en nuestra manos la oportunidad de poder ayudarles.

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