Hay una máxima que se dice en mediación. \»Para que se de un buen divorcio antes tiene que haber habido un buen matrimonio, pero los buenos matrimonios no se separan\».
Partimos del hecho de que las parejas que deciden separarse es porque su matrimonio no les ha ido bien
Cuando una pareja decide divorciarse se suele ir al juzgado para que el juez decida como va a ser la separación y cuales las condiciones de la misma o bien acudir a un profesional de la mediación
Si lo pensamos despacio, ellos toman una decisión que les va a condicionar su vida y esta decisión la ponen en mano de una persona que no les conoce de nada. Les escucha durante un corto periodo de tiempo. Y al poco tiempo dicta una sentencia que es de obligado cumplimiento
Antes de tomar esta decisión pensamos que sería conveniente que las parejas se serenasen y recuperar la capacidad de diálogo y que ellos mismo decidieran como quieren que sean sus vidas a partir de su nueva situación. A esto es lo que denominas mediación familiar extrajudicial
Las parejas piensan: \»me divorcio y todo se acabo\». No suelen tener en cuenta que empieza una nueva etapa que la misma va a estar condicionada por la sentencia que dicta el juez. ¿No sería más prudente que fueran los interesados quienes fijaran su nueva situación? pues, aunque dejan de ser esposos, en muchos casos van a seguir siendo padres; y como tales van a tener que relacionarse. Los hijos van a ser motivo continuo de preocupaciones, pues el divorcio no les va a libar de la obligación de ser padres ni de las preocupaciones inherentes a su paternidad.
Hay que plantearse que, las prisas no son buenas consejeras ni tampoco dejarse llevar por lo sentimientos negativos que se suelen tener antes y después de una ruptura. \»Sentarse y perder el tiempo es ganarlo\». Ellos conocen sus vidas y sus circunstancias y las mismas las van a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones.
Hice una mediación y les pregunte:
-¿cómo es posible que entre vosotros no manifestéis el odio ,el rencor que suele ser normal en estas situaciones?.
Ellos me contestaron:
-Nosotros pasamos por esa etapa y hemos llegado a la conclusión de que no sirven para nada y sobre todo a los hijos no les hace ninguna bien. Nosotros queremos fijar cuáles van a ser las condiciones de nuestra futura relación como padres. Por eso acudimos a la mediación extrajudicial
El divorcio supone enfrentarse a unos tremendos retos emocionales y vitales ya que el divorcio generalmente duele y mucho, ya que en las esquinas menos pensadas de nuestro interior encontramos un montón de sentimientos que se convierten en huéspedes durante un tiempo. Y a cada uno de ellos hay que tratarlo y cuidarlo con la atención debida.
El complejo de culpa, por lo que se hizo o no se hizo suelen generar resentimientos que vienen de la impotencia en manejar nuestras heridas. Así como el dolor cuando nos rendimos a la realidad de que algo terminó.
Desde luego que cada separación, y cada hombre y mujer que se separa, tiene su singularidad, pero nada los exime de enfrentar sus intensos sentimientos.
Sin duda el dolor es el sentimiento más difícil. el que evitamos con más ahínco; pero también es el más liberador cuando lo permitimos, cuando nos rendimos a él, cuando le hacemos espacio y lo convertimos en huésped ; entonces lentamente va remitiendo.
De todos modos, la vía para encarar el divorcio tiene una meta: restaurar nuestras vidas, aunque la relación se haya terminado, aunque los caminos antiguos queden ya lejos.
En el camino uno aprende que todo cambia, que cada día trae su nueva tarea, que siempre acaba saliendo la luz, que en los descalabros descubrimos la fuerza oculta que cada uno tiene, que del caos emerge un nuevo orden, que los hijos se fortalecen con las dificultades. También que no hay buenos ni malos, sino personas viviendo situaciones muy dolorosas y que es bueno ser cautos frente a las heridas del otro.
El divorcio es un proceso emocional para ambos miembros de la pareja y también para los hijos y este factor hay que tenerlo en cuenta y nosotros los padres debernos de procurar que el mismo sea lo menos doloroso para nuestros hijos
Una cosa que no debemos de olvidar los padres es saber que los hijos aman a ambos padres y que incluso en el caso de un divorcio no pueden elegir ni tomar partido. Para los hijos los padres permanecen juntos aunque los padres se separen.
A la hora de divorciarnos debemos cuestionar las posiciones existenciales edificadas en el malestar que por desgracia gozan de la siniestra especialización de hacer sufrir a los demás.
Debemos orientarnos por la comprensión. Que sepamos ver lo que aportó de bueno nuestra relación pues, gracias a ella, hemos tenido unos hijos que son nuestro orgullo y por amor a ellos debemos de considerar que es lo mejor para ellos.
Dejarnos llevar por nuestro sentimientos negativos tal y como vivimos nuestro última etapa de nuestro matrimonio, no nos ayudara desarrollar nuestra labor de padres.
En la mediación extrajudicial, la pareja es la protagonista y en la misma se evitan muchas situaciones desagradables que provocan que muchos sentimientos negativos que están latentes en casi todas las separaciones salgan a relucir lo que suele ocasionar heridas difíciles de reparar. Y por otro lado en la mediación la pareja tiene la oportunidad de aprender a comunicarse desde su nueva situación de padres.
Muy iluminadora la prase «Se separan los padres nos los hijos. Amo a papà igual que a mamà.
Esto lo tendrian que saber bien los que se separan porque los hijos no asimilan bien la idea de tener que rechazar a uno de los padres influenciado por las crtiticas destructivas del otro.
Adelante magnificos articulos.